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Somos México Luis Miguel Riionda (*) La opción político partidista nacional que considero más auténtica y viable es la agrupación SomosMX, que aspira a ser reconocida como partido político en febrero del año próximo. Este germen partidista tiene sus raíces en las marchas nacionales de la Marea Rosa, como las del 13 de noviembre de 2022, 26 de febrero de 2023, 18 de febrero de 2024 y 20 de mayo del mismo año. Fue entonces que centenares de miles, millones incluso, salimos a las calles a demandar el respeto al orden democrático y liberal que estaba siendo vulnerado por el neopopulismo anacrónico de la denominada 4T. En el estado de Guanajuato hubo muy buena respuesta a las movilizaciones de la Marea Rosa y al movimiento político #FuerzaRosa. De igual manera fue buena la respuesta electoral detrás de la coalición del Frente Amplio por México, que logró el triunfo en la elección de la gubertura La inexistencia de dicha alianza fue la causa de la pérdida en la elección senatorial y en algunos distritos federales y locales, así como en ayuntamientos. Muchos participantes de la Fuerza Rosa terminamos decepcionados por las mezquindades de los partidos políticos, que nulificaron la enorme fuerza ciudadana detrás de las movilizaciones callejeras. En buena medida los políticos anacrónicos se sintieron amenazados por esta pleamar de ciudadanos honestos, alarmados éstos por la virulencia del partido violeta del rencor social. Sólo hay que recordar que prácticamente no hubo propaganda en la entidad en favor de Xóchitl, pero fue prolija la que promovió a la candidata panista a la gubernatura. Aprendimos por la mala que sólo la organización desde la base, sin compromisos ideológicos pero sí programáticos, proporcionaría una nueva legitimidad a un movimiento que se decidió por la participación electoral. Es cierto: fuimos y somos clasemedieros, ilustrados los muchos, preocupados los más, esos que integramos el movimiento social. Solidarios somos con los pobres, pero conscientes de que las dádivas no rescatan de la pobreza, y sí el esfuerzo cotidiano y superador. La persona como eje del desarrollo, y no el estado paternalista. SomosMX ha podido organizar exitosamente en el país 122 asambleas distritales, de las 200 que se requieren para el registro. Desgraciadamente en Guanajuato, la entidad con el quinto padrón más grande del país, con 15 distritos federales, aún no ha logrado organizar con éxito alguna asamblea distrital. Se intentaron las asambleas distritales del 06 (León) y 12 (Celaya), que quedaron fuera por muy poco; pero ahora se han vuelto a convocar para el siguiente domingo 12 de octubre en el Hotel Real de Minas de León, y en Celaya en el salón Quetzalli de la colonia Álamos. De igual manera, en el distrito 05 de León se convoca a la asamblea el domingo 19 de octubre en el salón Extravaganza de Mariano Escobedo. En el distrito 04 de Guanajuato capital se está convocando a asamblea el 9 de noviembre, en un lugar por confirmar. Espero que nos veamos en alguno de esos espacios ciudadanos.(*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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Comunicación Política y Mitos Luis Miguel Rionda (*) El miércoles pasado tuve el gusto de participar virtualmente en el XI Congreso Internacional en Comunicación Política y Estrategias de Campaña, organizado por la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (ALICE), en conjunto con la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Granada, España. Fui invitado a presentar una ponencia en la mesa “Comunicación política, ciudadanía y democracia en América Latina”, que coordinaron mis queridas colegas doctoras y politólogas Martha Nateras González (UAEMex) y Diana Sánchez Romero (UAM-I), ambas miembros, como yo, del consejo directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales. La ponencia que expuse se intituló “El retorno del código populista en México y sus significados para un nuevo orden social estatista”, y fue un esfuerzo inicial de abordaje teórico de la evolución de los códigos de comunicación que se ha experimentado en nuestro país en su existencia independiente. Particularmente el retorno a viejos esquemas simbólicos de corte populista en años recientes. Afirmé que la comunicación política en México se ha visto transformada profundamente desde el arribo al poder federal del nuevo partido político Morena, y su autodenominada ‘Cuarta transformación’ (4T), proyecto político que se asume progresista y heredero de las tradiciones impuestas por los regímenes posrevolucionarios del siglo XX, que abrazaron como ideología el ambiguo “nacionalismo revolucionario”, que acentuó los referentes comunicativos al idealizado pasado prehispánico y liberal de los siglos previos. Dentro de la retórica del nacionalismo revolucionario se hacía referencia frecuente a los símbolos recreados y reinventados por las élites criollas y mestizas, que cosificaron la memoria colectiva alrededor de símbolos y mitos originarios, como la legendaria fundación de Meshíco-Tenochtitlan, las menciones habituales a la grandeza de un pasado nativo elevado a la categoría de los clásicos, y por supuesto la demonización de los tres siglos coloniales, que fueron redefinidos como un paréntesis dañoso en la historia patria. Los liberales y los revolucionarios redefinieron el pasado, y construyeron una visión idealizada de una línea progresiva que, aunque fue interrumpida por el oprobio de la conquista, se retomó gracias a la primera transformación que significó la revolución de independencia. Siguieron la segunda (Reforma) y la tercera (Revolución) transformaciones, desde la interpretación simplista de los teóricos de la 4T. Cada una de ellas con su mudanza de códigos comunicacionales. Pero la última T significó una involución hacia el populismo autoritario del siglo pasado, que hundió al país. Con ese retorno se retoman elementos simbólicos de un pasado indígena mitificado y acartonado. Nuevamente se manosean las culturas originarias del presente para convertirlas en reservorios morales de un orden social estatizado y mestizo. Eso implica una nueva apropiación de significados pretéritos, ahora recargados con un nuevo mesianismo político. Una nueva hegemonía partidista. Apenas algunos apuntes, que pienso seguir desarrollando…     (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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Fe o Libertad Creativa Luis Miguel Rionda (*) Las universidades en general, pero muy en particular las públicas, deben regirse por principios como el laicismo y las libertades de expresión, de cátedra, de investigación y de creación. Esas derechos son parte del universalismo, la inclusión y la tolerancia hacia los componentes de una sociedad pluralista y compleja. Con frecuencia olvidamos que nuestras convicciones personales de corte moral o religioso no pueden imponerse al resto del conjunto, y caemos en el fanatismo y la intolerancia. Podemos debatir o defender nuestras certezas, pero no imponerlas. El jueves 11 pasado la Universidad de Guanajuato (UG) determinó cerrar anticipadamente una exposición de artes visuales denominada “Iconoclasia”, del joven artista Edder Martínez, montada en la galería Jesús Gallardo. Al parecer la UG lo hizo en respuesta a la inconformidad pública de grupos católicos y diocesanos. Eso desató una intensa polémica en redes sociales que dividió las opiniones entre los ofendidos por el contenido de la muestra, y los defensores de la libertad de expresión. La exhibición presentó siete imágenes de Cristo crucificado, intervenidas con motivos gráficos que hacen referencia a opciones alternativas de género y sexualidad humana. Concuerdo en que es de mal gusto juguetear con figuras que tienen un alto contenido sacro, como lo es la representación icónica del máximo mártir de la fe cristiana. Pero también creo en la libertad de expresión artística, y que el arte tiene derecho a experimentar. No concordé con la decisión institucional de cerrar la muestra antes de su término. Eso empeoró las cosas y provocó reacciones de grupos de jóvenes universitarios que se solidarizaron con su compañero. Se proyectó una imagen de un colectivo temeroso ante actores externos que no son amistosos con las libertades de credo y de creación. En estos casos la mejor estrategia es la prevención de los eventuales efectos de este tipo de ejercicios de libertad. Si se quiere colaborar en la preservación de la armonía social y evitar ofender a sectores de la comunidad, lo racional hubiera sido tomar decisiones preventivas antes de autorizar su apertura. Prevención antes que coerción. El arte también se rige por la ley de la oferta y la demanda. Si la exposición resulta repulsiva para algunos –o para muchos— se tiene a mano la mejor herramienta de veto: la no asistencia. ¿No te gusta? No vayas, no contribuyas con tu presencia a la fama precoz de un artista anhelante. Pero lo contrario, la simpatía con el creador, también se vale…     (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRiond

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  Columna Diario de Campo Séptima Bienal Luis Miguel Rionda (*) El pasado martes 9 dio inicio la séptima bienal internacional “Territorios en Movimiento” en el Forum Cultural Guanajuato; un encuentro académico propiciado por la División de Ciencias Sociales y Humanidades del Campus León de la Universidad de Guanajuato. Este encuentro de especialistas en desarrollo regional, movilidad y las problemáticas ligadas a las complejidades sociales en un mundo convulso, tuvo su origen el 21 de noviembre de 2012, cuando se inauguró la primera bienal. Estas tertulias bianuales sólo se interrumpieron en 2020 debido a la pandemia, pero se retomaron al año siguiente. Los participantes son en su mayoría académicos de formación y vocación, pero también han participado empresarios, líderes sociales, estudiantes y analistas atraídos por la posibilidad de compartir y debatir sobre asuntos sociales que a todos nos inquietan. En esta edición se decidió enfocar los análisis alrededor del eje “Escenario y condiciones de las nuevas transformaciones sociales en México y América Latina”. Se explicó en la convocatoria que “El mundo en 2025 se encuentra ante varias encrucijadas que son escenario y fuente de los cambios sociales ya a la vista. Destacan dinámicas como la de los flujos migratorios; la profundización de desigualdades e injusticias en sociales y ambientales; un mundo si bien más interconectado […] con incertidumbre y dilemas éticos ante la emergencia en la vida cotidiana de la inteligencia artificial; una economía global, que después de la pandemia, se ha dinamizado de forma desigual […]; intentos de proteccionismo y rompimiento de acuerdos de intercambio comercial […]; presiones geopolíticas a partir de conflictos bélicos recrudecidos en Ucrania e Israel […]; procesos políticos de cambio en diferentes países […] basado en la polarización, simulación de los procesos participativos, efectiva concentración de poder, y en algunos de los casos, continuidad en los esquemas de corrupción, quiebre del estado de derecho y hasta violación de los derechos humanos.” Los diversos análisis se desplegaron en diecisiete mesas temáticas, divididas en varias sesiones de trabajo. Se presentaron 240 ponencias firmadas por 389 ponentes. Todos ellos    

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  Indigenismo de cartón Luis Miguel Rionda (*) Los nuevos actores del poder en México han transformado el discurso tradicional de la política nacional. Antes de 2018 los líderes políticos compartían más o menos un mismo modelo en sus contenidos comunicativos: el desarrollismo como objetivo común, el individualismo liberal, el énfasis en el emprendedurismo y la apuesta a la apertura globalizadora. Gobiernos priistas y panistas compartían, con matices, estos propósitos. Al menos en el discurso público. Incluso la izquierda empoderada había abandonado los dogmas del socialismo estalinista, y se había amoldado a las nuevas tendencias de la socialdemocracia de Tony Blair y Felipe González. Eso fue evidente en las administraciones de Mancera y Ebrard en la CDMX. A partir del arribo de AMLO a la presidencia de la república se abandonó esa vieja liturgia cívica, y se asumió un nuevo código de símbolos e imagen pública: el neoindigenismo reivindicativo, que abrevó del mítico pasado prehispánico y reinterpretó sus significados. Todos recordamos el ceremonial que se montó en el Zócalo luego de la juramentación del cargo: sahumadores con humo de copal, jaculatorias en náhuatl, otomí y mazahua, ojos de dios huicholes, danzas propiciatorias, limpias con hierbas para alejar malos espíritus, y por supuesto, los bastones de mando. Múltiples personajes acudieron disfrazados de indios guadalupanos, otros con penachos, máxtlatl (taparrabos) y guaraches nuevos. Esta ritualidad se ha repetido múltiples veces en actos públicos de todo tipo. A veces rozando en lo ridículo o en la banalidad. Así fue con la folclórica inauguración de la Suprema Corte y el poder judicial. Las togas con flores bordadas y los bastones de mando acompañarán al mazo justiciero. De nuevo se acude a la reserva moral de los pueblos originarios, que son asumidos como remanentes fosilizados de civilizaciones suprimidas por los brutales colonos ibéricos. A esta reinterpretación de las culturas originarias yo la denomino “indigenismo de cartón”. Se trata de una paráfrasis contemporánea de una antigüedad idealizada, que sólo conocemos por limitadas referencias materiales y testimoniales. Los actuales pueblos y culturas están demasiado intervenidos por la cultura occidental, y no pueden asumirse como restos arcaicos de un pasado con más de 500 años de distancia. Los pueblos y culturas “indígenas” –etiqueta inventada por los colonizadores— no deben ser cosificadas, homogeneizadas y asumidas como entes exánimes detenidos en el tiempo. Son realidades actuales, diferenciadas, dinámicas y adaptables, que han sabido buscar el progreso material y la asunción crítica de sus derechos y libertades. El liberal Juárez así lo reconoció hace siglo y medio. El neoindigenismo profesa la filosofía del New Age: es ecléctico, idealista, superficial y oportunista. También es woke: se asume progresista, pero tiene la mirada puesta en el pasado. La cuatroté ha descubierto su propia veta de buenismo pequeño burgués en ese indigenismo de nylon (diría Salvador Novo) por su artificialidad. Fuente pródiga del nacionalismo pedestre del 15 de septiembre, pero útil para engañar a un país en busca de identidad.     (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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  Odio y Exclusión Luis Miguel Rionda (*) Las crecientes redadas de la agencia ICE (Inmigración y Control de Aduanas, en sus siglas en inglés) del gobierno federal de los Estados Unidos, han conducido a las comunidades latinas e inmigrantes a un estado de angustia y zozobra permanente. Trabajadores jóvenes y viejos, hombres y mujeres, con o sin documentos, pero todos aportando sus esfuerzos cotidianos a la construcción de una vida mejor, de un país mejor, temen salir a las calles o acudir a sus centros de labor por miedo a ser víctimas de razzias indiscriminadas: esas batidas armadas en las que agentes migratorios, uniformados o no, arrestan con violencia física o simbólica a los desafortunados del momento. La propaganda que rodea a estos operativos está rayando en el racismo y la xenofobia. En las redes sociales circulan invitaciones oficiales o informales a denunciar a los “invasores extranjeros”, a los “delincuentes ilegales”, a esos “bad hombres”, que invaden impunemente el paraíso americano, reservado por Dios para la población WASP (White Anglo Saxo Protestant). Para colmo, el patrioterismo se está empleando como recurso para fomentar el odio social contra los inmigrantes. Si usted no me cree, consulte la página oficial de reclutamiento de personal para el ICE: https://www.ice.gov/return La conocida imagen del Tío Sam (Uncle Sam: US), que se ha vinculado a las aspiraciones nacionalistas y nativistas de los colonos blancos, hace un llamado a agentes veteranos en licencia: “La Administración Trump está plenamente comprometida con el apoyo a los dedicados profesionales de las fuerzas del orden que protegen nuestras fronteras, a nuestras comunidades y a nuestra seguridad nacional y pública.” Pareciera campaña de reclutamiento para defender a la Patria blanca y próspera contra la invasión perpetrada por los nativos de una nación alienígena, ese país ignoto denominado “Extrangia”, donde habitan oscuros criminales malvivientes que sueñan con apoderarse del American Way of Life. Dijo Trump que esos invasores son “the worst of the worst”, y por lo tanto dignos de ser atrapados, recluidos y expulsados sin derecho alguno a defensa. Miles, tal vez millones de familias de indocumentados temen por su permanencia y su futuro. De nada vale el estatus migratorio si te toca la mala suerte de ser atrapado por los escuadrones encapuchados de la migra. La amenaza es cotidiana y la angustia permanente. Para colmo, el perfilado racial es el criterio principal de actuación: ¿es moreno y bajito? Criminal seguro. No English? Peor tantito. La tierra de las oportunidades se torna en arena de lucha desigual entre nativistas furibundos y fuereños aterrados. No importa que los inmigrantes sean de extrema necesidad para amplios sectores de la economía: son frijoleros grasosos que desentonan con los bien cuidados jardines de los güeros patrones tacaños. El destino de ese país transita por la solución de una contradicción de origen: ¿son o no son la nación de la inclusión? ¿Son el reino de las libertades modernas, como el derecho al libre tránsito y a la libertad de trabajo? ¿Son la Nueva Jerusalén, donde impera el amor por el prójimo? ¿O son el baluarte de la exclusión, donde los únicos salvos son aquéllos elegidos por un Dios blanco? “Y quienes no fueron elegidos, llamados ni predestinados no pueden ni serán salvos” (Juan 6:44).       (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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Verano de la Ciencia Luis Miguel Rionda (*) La semana pasada culminó la trigésima Edición del Verano de la Ciencia de la Universidad de Guanajuato (UG). Este programa busca fomentar el espíritu de indagación y búsqueda por parte de estudiantes de educación superior y media superior, y tuvo como modelo la primera experiencia impulsada por parte de la Academia Mexicana de la Ciencia (AMC) en el ya lejano año de 1991. Se trata de que los estudiantes se vinculen durante algunas semanas del periodo vacacional de verano con investigadores reconocidos, con los que desarrollan proyectos propios o colaboran en ejercicios grupales, que les permitieran su primer acercamiento al método de las ciencias naturales, las experimentales o las social humanísticas. Para muchos, esta vivencia ha sido definitoria de su vocación hacia la búsqueda del conocimiento formal. El éxito del programa original inspiró a muchas instituciones a iniciar sus propias experiencias de verano. Fue el caso de la UG, que arrancó su propio ejercicio en 1994. Tuve la suerte de ser uno de los profesores que participamos en esa primera edición. Asesoré a la estudiante de la licenciatura en historia Karina Gutiérrez Villafaña, que trabajó el tema “La labor educativa del Cardenismo en Guanajuato: el gobierno de Rafael Rangel, 1937-1938” (https://t.ly/j3zGv). Notamos la importancia que tuvo este gobernante en apoyo a la educación estatal. Por eso, Karina enfocó su atención en las acciones educativas de su gobierno. Recordemos que en esa época florecían la educación socialista, las misiones culturales y la escuela rural y obrera. Para desplegar su investigación, en cinco semanas Karina realizó varias entrevistas y trabajo documental en archivos. En cuanto a las primeras, destacan las dos que le aplicó a la maestra Matilde Rangel López (1917-2003), hija del exgobernador y destacada profesora e historiadora en la UG. También dialogó con el señor Medardo Villafaña Domínguez, abuelo de Karina, nacido en 1905 y conocedor del desarrollo del sinarquismo y las dos revoluciones cristeras. Luego consultó al señor Enrique Boullosa, nacido en la primera década de ese siglo y servidor público desde 1927 hasta 1994 en el gobierno estatal. Además, realizó trabajo documental en el Archivo General del Estado para complementar el perfil del gobernador Rangel, muy poco conocido y valorado de nuestra historia política reciente, quien gobernó interinamente 17 meses desde el 27 de abril de 1938 hasta el 25 de septiembre de 1939. Esta experiencia le resultó difícil por la dificultad para localizar documentos relacionados al tema. Al no encontrar los datos que deseaba, decidió consultar los expedientes del Consejo de Gobierno, Elecciones y la Jefatura de Policía. Para consolidar la fase documental de la investigación, Karina se acercó al Congreso local, en donde pudo consultar alguna documentación y adquirir otros datos. Su excelente trabajo fue premiado y pudo ser expuesto en el Congreso Nacional del Verano de la Investigación de la AMC, que se realizó en agosto de 1994 en Metepec, Pue. Sin duda, un recuerdo que atesoro después de 30 años, y de quince participaciones en las diferentes ediciones del verano.

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Columna Diario de Campo Odios raciales y sociales Luis Miguel Rionda (*) En tiempos de radicalismos, como el que hoy vivimos en México y el mundo, se recrudecen las confrontaciones movidas por el odio. El rencor a lo diferente, a lo “anormal”, a lo desconocido. Un sentimiento hondo, obscuro y elemental, que nos impele a recrear miedos imaginarios sin más sustento que las percepciones superficiales basadas en apariencias y preconcepciones. Eso sucede en los Estados Unidos con la política migratoria del presidente Trump. Este nieto de inmigrantes ha acentuado su nativismo excluyente y pretende expulsar a un millón de inmigrantes cada año durante su administración. Los operativos —auténticas razias de persecución y aprensión— han reavivado los conflictos interraciales y sociales en ese país, de por sí afectado desde su origen de segregación, discriminación y hasta esclavitud. Nuestros paisanos, con o sin documentos, están siendo perseguidos y expulsados únicamente con base en su perfil racial, su apariencia y su cultura. El miedo se ha apoderado de las comunidades inmigrantes, y el resentimiento no ha tardado en hacerse ver. Para nuestra sorpresa, ciertos mexicanos en México están reaccionando con el mismo odio xenófobo de los supremacistas angloamericanos. Con el pretexto de que algunas colonias de la CDMX se han “gentrificado” —antes diríamos que se han llenado de catrines güeros— se lanzaron el 4 de julio pasado, el día de la independencia del país norteño, a manifestarse a gritos e insultos contra los “extranjeros indeseables”, como diría Trump. El odio racista se desató y culminó con la vandalización de negocios y edificios señalados como excrecencias del detestable capitalismo explotador. La “raza” se dio gusto con gritos y pancartas cargadas de discriminación e intolerancia. ¡Gringo go home! ¡Aprende español! ¡Devuélveme mi barrio! ¡Viva el poder prieto! Los rostros cubiertos con paños negros, kufiyas palestinas o máscaras de luchador me recordaron los sambenitos puntiagudos y blancos del KKK sureño. Odios raciales y sociales

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El globo del INE Luis Miguel Rionda (*)   El Instituto Nacional Electoral (INE) está transitando por sus últimos momentos como corporación autónoma baluarte de la democracia. La presidenta Sheinbaum anunció el martes 24 pasado los contenidos de su próxima reforma política, que revive muchos de los contenidos del famoso Plan A de abril de 2022 de AMLO, que había sido bateado por la legislatura anterior (https://tinyurl.com/28v2cobn). Se ha constituido un grupo de trabajo para presentar la iniciativa este mismo año, con aplicación en las elecciones de 2030. Con base en los antecedentes son esperables los siguientes cambios: 1) la transformación del INE en Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), respondiendo a la fijación de los morenos por los mecanismos tramposos de la democracia directa; 2) la desaparición de los organismos electorales locales y la asunción de sus funciones por el gigantesco INEC; 3) un Consejo General de siete consejeros electorales electos popularmente (otro disparate como la pasada elección judicial); 4) el mismo mecanismo para la elección de magistrados electorales; 5) la eliminación de los diputados y senadores por representación proporcional, regresando al viejo modelo de mayorías relativas; 6) la reducción a la mitad del financiamiento público a los partidos políticos, lo que los inducirá a buscar fuentes privadas o ilegales, mientras que el partido gobernante tendrá acceso a las transfusiones furtivas desde el erario, como sucedía hasta 1997; 7) homologación (centralización) de los modelos políticos subnacionales, incluyendo los legislativos locales y los ayuntamientos; 8) cambios en el modelo de comunicación política; 9) en los procesos de consulta y revocación de mandato, la reducción del umbral de participación vinculante al 30%; etcétera. El actual consejo general del INE ha sido colonizado progresivamente por simpatizantes del régimen cuatroteísta, hasta convertirse en la mayoría que permitió otorgarle una grotesca sobrerrepresentación a la coalición gobernante, y recientemente avalar los resultados de la barroca elección de jueces, magistrados y ministros del poder judicial. En términos reales el INE se ha alineado, como la CNDH, a los caprichos del régimen. Lo mismo ha sucedido en muchos organismos locales. La reforma sólo dará la última vuelta a la tuerca a la cooptación autoritaria del sistema electoral. Pero sus mayores repercusiones se sentirán en el resto de las instancias de representación política del país, que consolidarán el retorno al estado monolítico y unívoco que creímos haber superado con la transición democrática. Me dio esperanza testimoniar la sesión del Consejo General del INE del 15 de junio pasado, la del “elefante en la sala”, con la intervención sensata y certera de seis de los consejeros, que criticaron las trampas y fullerías perpetradas en todo el país en la farsa de la elección judicial. Sorprendió el resultado de la votación, que evidenció la facilidad con que se presiona y coarta en tiempo real a algunos consejeros. Alguno, alguna, demostró tener convicciones de plastilina. El globo de la sesión del 26 evidenció la pobreza argumentativa y la carencia de sentido del ridículo de los perpetradores de la sinrazón.     (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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Década saltapatrás Luis Miguel Rionda (*) Tiempos inquietantes estos que vivimos, tanto en el plano nacional como en el internacional. En la última década nuestro país y el mundo han estado dando traspiés, e incluso metido reversa, a procesos que en términos generales parecían abonar a cierta progresividad en los índices de bienestar y paz social. Los elementos clave de esa progresividad de la humanidad fueron destacados por Juval Harari en su libro Homo Deus, de 2015. El humanismo liberal permitió reducir sustancialmente —no eliminar— las plagas históricas de la humanidad: el hambre, la enfermedad y la guerra. Pero algo se quebró en ese orden humanista y progresista: los fanatismos de izquierda y derecha se reavivaron como hace cien años, y con el arribo de Donald Trump en 2017 a la presidencia de los Estados Unidos se metió reversa a los avances civilizatorios liberales, trastocando el orden mundial multilateral. En México el proceso se replicó con el triunfo del populismo setentero de López Obrador en 2018. Los dos personajes eran los extremos de la misma soga autoritaria, y eso explica que se hayan llevado tan bien. En ambos países se han acumulado diez años de desmantelamiento del orden liberal preexistente. El intento de corrección que significó la administración Biden (2021-2024) en el país del norte fue vituperado y demonizado por una corriente de opinión creciente, nativista, xenófoba y beligerante. La derecha populista regresó recargada este año, con un Trump sin bridas, desbocado, convencido como nunca de tener las respuestas —siempre simples— para todos los problemas de su país y del mundo. Algo así ha sucedido en México con los gobiernos de la 4T. En siete años los neoecheverriístas han desmontado los elementos institucionales que permitieron estructurar un delicado equilibrio de “check and balances” —controles y contrapesos— que nos acercó como nunca a la democracia poliárquica, como la bautizó el politólogo Juan Linz. Por supuesto faltaba mucho camino para construir la democracia social, pero la solidez institucional pavimentaba el camino para acercarnos, sin prisas pero sin pausas, a un modelo redistributivo con viabilidad financiera a largo plazo. La conquista y colonización del Poder Judicial en México ha sido una cima, aunque no el cúlmen, de este retroceso antiliberal. El ya anunciado Plan D de reformas legales de Sheinbaum continuará el desmantelamiento de las instituciones autónomas especializadas. Mucho dolor me causa la desaparición del CONEVAL, un organismo que siempre dio muestras de independencia y profesionalismo, donde colaboraron los más reconocidos expertos en investigación y atención a la pobreza multidimensional. Ahora van sobre el INE. El inevitable fracaso de la elección judicial del 2 de junio fue la trampa que las élites populistas le tendieron al instituto. Era imposible que las cosas salieran bien: recortes presupuestales, candidatos desconocidos paridos por tómbolas y por comités parciales, desinterés ciudadano, procedimientos oscuros y escasez de controles. El prestigio acumulado en 34 años se perdió en una triste jornada. Y por eso, ya viene la parca echando rasero con su guadaña…       (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. a.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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