¿Ordenamiento Territorial?
Columna Diario de Campo Luis Miguel Rionda (*) El desarrollo de los centros urbanos de México se rige por la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, publicada el 28 de noviembre de 2016 y reformada el uno de abril pasado. En su artículo segundo se establece como un derecho humano el que “Todas las personas sin distinción de sexo, raza, etnia, edad, limitación física, orientación sexual, tienen derecho a vivir y disfrutar ciudades y Asentamientos Humanos en condiciones sustentables, resilientes, saludables, productivos, equitativos, justos, incluyentes, democráticos y seguros”. Uno de los instrumentos técnicos para concretar este derecho son los planes y programas de desarrollo urbano de los estados y sus municipios. Se trata de documentos minuciosos que detallan los escenarios del crecimiento futuro de los centros de población, rigiéndose por criterios de racionalidad en el acceso a los servicios públicos básicos, el respeto y cuidado del entorno natural, la atención a las particularidades de esos centros, los usos de suelo y las reservas territoriales, la gobernanza a partir de la participación vecinal, y los mecanismos de participación ciudadana en la definición de obras públicas. En mi ciudad, Guanajuato capital, estamos sumergidos en un debate sobre el nuevo Programa Municipal de Desarrollo Urbano y de Ordenamiento Ecológico Territorial, conocido con el impronunciable acrónimo PMDUOET. El instrumento legal aún vigente es el venerable POT (Programa de Ordenamiento Territorial) de 2012, que fue elaborado por el PUEC-UNAM (Programa Universitario de Estudios de la Ciudad) dirigido por la socióloga Alicia Ziccardi. Me tocó participar activamente en algunos de los tramos de su elaboración, gracias a la apertura de la doctora Ziccardi y el presidente municipal Luis Gutiérrez. La ciudad ha crecido de nueva cuenta de manera desordenada, sin atender las previsiones del POT. Como siempre, siguen pesando más los intereses de los grupos e individuos cercanos al mercado del territorio. El nuevo programa asume esa desorganización, y la formaliza. La escasez de especialistas en el tema facilita que esos intereses se disimulen bajo una densa capa de tecnicismos, con planos indescifrables llenos de claves y colores apretujados, y la típica jerigonza jurídica mareadora. Las mejores opiniones técnicas que he escuchado sobre el PMDUOET las escuché del planeador urbano Yann Godbert, del movimiento Colibríes de Guanajuato, y la ingeniera ambiental de la UG Karla Piñón, en la sesión del Observatorio Ciudadano de Guanajuato del sábado 30 de noviembre (https://tinyurl.com/2c3jto3z). Sus argumentos son específicos y contundentes, pero muy inquietantes por sus implicaciones sobre la ética pública. Curiosamente, la página del programa (https://tinyurl.com/25yoe7j6) fue nulificada después de la sesión del observatorio. Así no se puede. (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRion