OSUG homenajea vida y obra de Arturo Márquez

– Espejos en la arena, composición autobiográfica del homenajeado, fue interpretada con maestría por Miguel Ángel Villeda Guanajuato, Gto., a 06 de septiembre de 2025.- En el marco de la Universiada Cervantina 2025, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) y su director, Juan Carlos Lomónaco, rindieron un magno homenaje al compositor mexicano Arturo Márquez por su 75 aniversario. Durante el concierto en el Teatro Juárez y con la presencia del artista, se estrenó en Guanajuato su obra Espejos en la arena, con el joven violonchelista Miguel Ángel Villeda. El maestro Arturo Márquez es el creador de música de concierto mexicano más interpretado en el mundo, quien ha explorado diversos lenguajes musicales y enraizdo parte de su estilo en la identidad y la riqueza cultural del país. Su trayectoria comenzó a los 18 años al frente de la Banda Municipal de Navojoa; en 1970, ingresó al Conservatorio Nacional y fue becario del Taller de Composición del Instituto Nacional de Bellas Artes, del gobierno francés y de la Fundación Fulbright, lo que le permitió obtener una maestría en el California Institute of Arts y una serie de múltiples logros desde entonces. El más reciente fue el Grammy Latino 2024 por la mejor composición clásica contemporánea: Fandango (2021). La gala nocturna, donde la Rectora General de la Universidad de Guanajuato, Dra. Claudia Susana Gómez López, entregó un reconocimiento al compositor, fue el cierre de una jornada de actividades. En un ensayo abierto a la comunidad estudiantil, el homenajeado charló cara a cara con la audiencia. Previo al concierto, el maestro Márquez, el director Lomónaco y el solista Villeda compartieron reflexiones con el público al respecto de su obra y su trayectoria.

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*OSUG se suma al “Callejón del ruido” con el estreno de música contemporánea

El programa incluyó composiciones de los mexicanos Roberto Morales-Manzanares, Francisco García Ledesma y Manuel de Elías, además del estreno en Guanajuato de la suite de El mandarín milagroso, del húngaro Béla Bartók Guanajuato, Gto., a 24 de agosto de 2025.- La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) se sumó a la vigésima edición del Festival Internacional “Callejón del ruido”, esto en compañía del prestigioso director invitado Ludwig Carrasco, titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de México, y con el estreno de cuatro obras compuestas por Roberto Morales Manzanares (fundador de dicho festival en 1994), Francisco García Ledesma, Manuel de Elías y Béla Bartók.   El maestro Carrasco es un activo promotor de la música contemporánea. Como en esta ocasión, ha dirigido el estreno mundial de más de 170 obras e interpretado 110 estrenos nacionales. Su formación desde la niñez, en Morelia, Michoacán, lo ha llevado a más de 32 países, donde ha cultivado un repertorio sinfónico, escénico y multidisciplinario.   Como violinista, director y compositor, ha colaborado con importantes orquestas y solistas, así como en proyectos televisivos y radiofónicos, trabajo que, junto con su talento, lo ha hecho merecedor de prestigiosos premios y distinciones en México y el mundo. La gala comenzó con dos estrenos mundiales. Primero, Nostalgia de lo intangible (2025), de Roberto Morales Manzanares (proyecto impulsado por el Sistema Nacional de Creadores 2022-2025), donde aborda los tópicos del tiempo y lo irrecuperable, con una participación destacada de la flauta y el piano. “Recordar un lugar en la música que ya no existe”, señaló el propio autor al respecto de la obra.   A lo largo de su trayectoria, se ha calificado a Morales-Manzanares como un músico curioso, explorador e hiperactivo que mezcla los conocimientos de la música tradicional con las herramientas modernas y cibernéticas, por ejemplo, generadores sonoros electrónicos, interdisciplinarios y multimedia. Incluso, el compositor es creador de un software asistente de composición, orientado a la aplicación de reglas con análisis probabilístico y resultados aleatorios.   Luego llegó el turno para Sinfonía Núm. 1 (2023), del guanajuatense Francisco García Ledesma, motivada en cinco ideales propios del compositor: la vida, la esperanza, la fraternidad, el amor y la muerte, a través de acordes estructurales precisos donde el tempo y el movimiento varían en su velocidad y ritmo para regresar posteriormente. En la orquesta, destacan los instrumentos de percusión básicos, a los que se añade un piano.   Los tres momentos de esta obra son contrastantes con un lenguaje modal contemporáneo y una escritura musical tradicional. En esto último, se puede apreciar la influencia de los músicos mexicanos José Pablo Moncayo, Silvestre Revueltas, Salvador Contreras y Carlos Chávez.   Después del intermedio, el público disfrutó dos estrenos en el estado, comenzando por la Sonante Núm. 9 (1978), del mexicano Manuel de Elías, en cuya obra, particularmente en sus 12 “sonantes”, impera la atención al sonido como materia prima y vértice de todo trabajo de creación musical, variando la dotación instrumental en cada una. En esta pieza, destacan la viola, el fagot, el oboe, el clarinete, el bombo y el timbal. La combinación de una estructura seccional marcada por las pausas y los silencios, el drama interno de las combinaciones sonoras, los contrastes dinámicos y de estado de ánimo permiten concebirla como un breve y compacto concierto. Por último, la audiencia apreció la suite de El mandarín milagroso, pantomima Op. 19 (1918-1919), del húngaro Béla Bartók, obra expresionista inspirada en el cuento “A csodálatos mandarin” (1916), de Menyhért Lengyel, considerada, en su origen, una pantomima grotesca y destinada al entretenimiento de la clase baja.   El argumento parte con tres ladrones quienes, en una casa deplorable, atraen a víctimas gracias a la seducción cómplice de una bella mujer. Uno de los transeúntes es un mandarín (regente chino de alta estima ética, guardián del sanscrito y las tradiciones religiosas), quien la rechaza inicialmente, mas ella se empeña en una danza sensual que logra despertar el deseo masculino. Cuando intenta abrazarla y los malhechores lo atacan, el mandarín sobrevive ileso con una pasión más intensa. Finalmente, la mujer cede y se funde con él en un abrazo hasta satisfacerlo; después, sus heridas sangran y muere.   El ballet de Bartók contempla ocho secciones y fungió como un reencuentro personal para el compositor, luego de una serie de fracasos y éxitos, tiempo en el que desarrolló una progresiva liberación de la tonalidad y una identificación creciente con la tendencia expresionista. En su estreno, la obra causó un escándalo seguido por la inevitable censura.   El siguiente programa de la OSUG se sumará a la celebración por los 50 años de la División de Ciencias de la Vida de la UG con la temática “La guerra y la música”, el cual contará con dos funciones: el jueves 28 de agosto a las 18:00 horas en el Teatro de la ciudad de Irapuato y el viernes 29 de agosto a las 20:00 horas en el Teatro Juárez. En esta ocasión, la agrupación será dirigida por Ramón Shade y tendrá como solista al clarinetista Hugo Manzanilla, para estrenar a nivel nacional la Marcha militar húngara, de Franz Liszt; el War Concerto, de Dirk Brossé, a nivel latinoamericano, y la Sinfonía Núm. 100, en sol mayor “Militar”, de Franz Joseph Haydn. Los boletos se encuentran a la

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Celebra OSUG a la naturaleza al compás de tres grandes obras

Un viaje sonoro hacia la reflexión de la relación del ser humano y la naturaleza. Guanajuato, Gto., a 07 de junio de 2025.- En el marco Día Mundial del Medio Ambiente, la UG reafirmó su compromiso con el arte, la cultura y la conciencia ecológica a través de una emotiva presentación de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG). Bajo la batuta del maestro invitado Robert Carter Austin y con la destacada participación del clarinetista Luis Mora, el concierto ofreció un programa que invitó a la reflexión sobre la relación entre la humanidad y la naturaleza. El programa abrió la noche con el vals “Cuentos de los bosques de Viena” Op. 325 de Johann Strauss Jr., evocando la vitalidad de los paisajes europeos, y que no solo trajo a escena la tradición del vals, sino también un imaginario que celebró entre el ser humano y su entorno natural. Le siguieron las intensas y coloridas “Danzas mestizas” del compositor mexicano Arturo Márquez, una obra escrita para clarinete bajo y cuerdas, que fue interpretada por el solista Luis Mora; Las cuatro danzas que conforman esta obra: Duelo, Zarabanda primera, Pasacalle azul y Fuentes de la chacona, exploraron distintos ritmos y lenguajes desde un enfoque mestizo, fusionando la tradición popular con estructuras clásicas. El programa cerró con una de las sinfonías más emblemáticas de la historia de la música: la Sinfonía No. 6 en fa mayor, Op. 68 “Pastoral” de Ludwig van Beethoven, una obra profundamente ligada a la contemplación del campo y a la exaltación de la naturaleza. Dividida en cinco movimientos, la “Pastoral” es una experiencia auditiva que va desde la llegada al campo hasta una tormenta y su posterior calma. Es importante mencionar, que el Dilector huésped Robert Carter Austin, actualmente dirige Las Colinas Symphony Orchestra. Su formación abarca instituciones como MIT, Cambridge y Stanford. Con más de tres décadas de trayectoria, ha dirigido orquestas en América, Europa y Asia, destacándose por su precisión técnica y visión artística. Mientras que Luis Alfonso Mora, es un reconocido clarinetista mexicano, egresado del Conservatorio de Música de Montreal y maestro en interpretación por la Universidad de Montreal. Ha sido solista de orquestas en América y Europa, y miembro fundador del Ensamble del CEPROMUSIC. Su actividad artística lo ha llevado a importantes festivales internacionales como el Festival Cervantino, ClarinetFest y los Cursos de Darmstadt. Actualmente es docente en la Facultad de Música de la UNAM y en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, y ha impartido clases maestras en diversos países de Latinoamérica. Su trayectoria ha sido respaldada por el FONCA como becario y jurado. Con este concierto, la Universidad de Guanajuato reiteró su misión de promover la cultura, el arte y la conciencia ambiental, integrando a través de la música una reflexión sobre nuestra relación con la naturaleza. —-0000—-

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Conmemora OSUG 150 años de natalicio de Maurice Ravel

Guanajuato, Gto., a 31 de mayo de 2025.- La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) celebró con éxito los 150 años de natalicio de Maurice Ravel, uno de los más grandes comprositores de la música clásica, mediante un programa integral con algunas de sus obras más emblemáticas. Mismas que son un paraje musical concebidas en 24 años desde el estreno de cada una de ellas, con diferentes etapas expresivas que se consolidaron como un repertorio universal y canónico. El concierto comenzó con “La alborada del gracioso”, una pieza que, originalmente concebida como parte de la suite Miroirs (Espejos), destaca por su carácter festivo y vibrante. Compuesta entre 1904 y 1905 y orquestada en 1918, esta obra abre el programa con su chispeante orquestación y ritmos contagiosos. La pieza evoca la imagen de un gracioso, un personaje de la ópera bufa española, y su “canción de alborada” resuena en la interpretación de la OSUG, capturando la esencia del folclore español. La velada musical continuó con la interpretación del “Concierto para piano en sol”, una de las obras más importantes de Ravel. Establecido como un concierto clásico en tres movimientos contrastantes, esta obra destaca por su brillantez y ligereza; la primera sección, Allegro, fue seguida por un Adagio assai de profunda melancolía, y culminó con un Presto lleno de virtuosismo, desafiando tanto al intérprete como a la orquesta. Seguido de ello, se interpretó una Rapsodia española, composición inspirada en el folclore de España, cuya obra es una mezcla de danzas y ritmos populares españoles, a través de los cuales Ravel muestra su fascinación por la música ibérica. La obra, escrita entre 1907 y 1908, que se caracteriza por transportar a los espectadores a la España de principios del siglo XX, con danzass como la Malagueña y la Habanera, que resonaron con una exuberante vitalidad. La OSUG cerró con Bolero, una de las obras más conocidas de Maurice Ravel, misma que es una muestra del dominio del artista sobre la repetición y el crescendo. La obra, originalmente concebida como un ballet, fue presentada por la OSUG con una espectacular ejecución orquestal que dejó una impresión duradera en todos los asistentes. Las composiciones de Ravel destacan por su sonoridad orquestal innovadora, una poética personal y una estética única, sin epígonos ni antecedentes directos. Esta visión singular y su capacidad para trascender épocas y estilos sitúan a Ravel como un referente esencial en el panorama musical mundial. LA OSUG estuvo bajo la batuta de su Director Artístico, Juan Carlos Lomónaco, cuyo debut fue apenas a los 23 años con la Orquesta Sinfónica Nacional de México, forjando desde entonces una trayectoria musical en la dirección de más de 60 orquestas en Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia, España, Portugal, Italia, Francia, Polonia, Rusia, Kazajistán, Bulgaria, Serbia, Montenegro y Macedonia; su repertorio y versatilidad abarcan desde barroco, hasta lo contemporáneo, ópera y ballet. Destacó la valiosa participación del pianista; Lorenzo Di Bella, ganador del 1er premio y Medlla de Oro en el Concurso Internacional de Piano “V. Horowitz” en Kiev en 2005. Su intensa actividad musical lo ha llevado a colaborar con muchas orquestas e importantes directores de orquesta. Actualmente funge como docente de piano en el Conservatorio “G. Rossini” de Pesaro y da clases magistrales internacionales. En 2022 debutó con la Orquesta Filarmónica Marchigiana en la Sala Dorada del Musikverein en Viena para la serie Musik der Meister. Es fundador y director artístico del “Civitanova Classica Piano Festival”, del “Mugellini Music Festival” y del Concurso Internacional de Piano “La Palma d’Oro” en San Benedetto del Tronto (Italia). El evento fue una oportunidad para rendir homenaje a la obra de un compositor cuya influencia perdura, reafirmando, además, el compromiso de la Universidad de Guanajuato con el fomento de la cultura y las artes en la comunidad. La OSUG continúa trabajando para acercar a su público las obras más relevantes del repertorio clásico, contribuyendo a la enriquecedora experiencia cultural de la región.

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OSUG explora el mar en compañía de William Harve

En el concierto, dedicado a la vida marina, se interpretaron impetuosas obras de Brahms y Debussy Guanajuato, Gto., a 24 de mayo de 2025.- En sintonía con la temática de XVI Festival Espiral Foro Universitario, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) exaltó la vida marina con obras de Johannes Brahms y Claude Debussy, bajo la guía de su director artístico, Juan Carlos Lomónaco, y la presencia del violinista William Harvey. Un océano de intensas emociones llenó el recinto con el Concierto para violín en re mayor (1878), del alemán Johannes Brahms, en cuya música se percibe gran melancolía e impotencia. Es sabido que el compositor era en suma exigente al retocar su música, logrando un lenguaje sinfónico personal y rotundo, mismo que fue incomprendido en algunos países. Como anécdota sobre su creación, la obra fue inspirada en las vivencias del músico a lo largo de su niñez y juventud en uno de los puertos del Mar del Norte. Se pretendía que fuera interpretada por Joseph Joachim, amigo del compositor, quien señaló la imposibilidad de la ejecución debido a su dificultad (variedad armónica, ambigüedades rítmicas, desplazamientos métricos, cambios de acento y polifonía) solicitando algunas modificaciones. La composición presenta un contrapunto magistral con equilibrio milimétrico que engloba los elementos divergentes, por lo que exige al violín solista un exhaustivo dominio técnico y sonoro, lo cual William Harvey logró con maestría, al tiempo que su expresión coorporal recordaba a algún experimentado marinero. De origen estadounidense, Harvey es concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional de México, pero antes lo fue de grandes agrupaciones en Estados Unidos, México, Argentina, Brasil y Sudáfrica, además de ser solista en estos y otros países, como El Salvador y Filipinas, y director en múltiples orquestas también en Qatar y Zimbabue. De 2010 a 2014, enseñó violín y dirigió la Orquesta Juvenil Afgana, la cual fundó en el Instituto Nacional de Música de Afganistán. También es fundador y director de la organización no gubernamental Cultures in Harmony, la cual cuenta con más de 50 proyectos de diplomacia cultural y servicio sanitario en 16 países. Actualmente, el violinista es maestro en la Universidad Panamericana; fue jefe del Departamento de violín de la Universidad Nacional de San Juan (Argentina) e invitado en la Universidad de Indiana, entre otras escuelas en Birmania, Filipinas y Pakistán, además de haber colaborado con artistas en China, India, Turquía, Egipto y España. En su faceta como compositor, destacan las obras Cuerpo garrido, ganadora del Bearns Prize, de la Universidad de Columbia, y Siete decisiones de Gandhi. En 2021, fue nominado por dos Latin Grammy. Antes de despedirse, el invitado regaló una exquisita y muy personal versión de Veracruz (1932), pieza de Agustín Lara, en señal de gratitud y para celebrar también la vida marina mexicana. Después del intermedio, la impetuosidad del oleaje llenó la sala con dos obras del francés Claude Debussy. Este músico causó revuelo e indignación por sus primeras composiciones debido a la libertad de su estilo. En sus armonías, destaca el uso de los acordes de cuatro o más sonidos, con fórmulas y expresiones propias a partir de un profundo dominio del lenguaje instrumental. En el piano, resaltan acordes paralelos, largos pedales de resonancia, armonías modales, atonalismo y un gran valor dado a los silencios, rasgos que lo convirtieron en uno de los pilares de la música del siglo XX. Primero se recreó el Preludio a la siesta de un fauno (1894), inspirado en el poema homónimo de Stéphane Mallarmé (1876). Este constituye su primera obra orquestal, considerada, incluso, el punto de partida para la música moderna. En ella, con una atmósfera insinuante a partir del eco, la fragmentación, la suspensión rítmica y armónica, el silencio y la sorpresa sonora, se aborda una escena onírica del protagonista mitológico ante la posesión de la naturaleza universal. La orquestación es una de sus grandes novedades: tres flautas, dos oboes (mutado uno en corno inglés), dos clarinetes, dos fagots, cuatro trompas y dos arpas, sumadas a la formación de cuerdas, sin trompetas, trombones ni percusión. El músico planeaba una suite en tres movimientos, más nunca logró concluirla. Finalmente, una de las obras maestras de Debussy, El mar (1908), representó la naturaleza en constante transformación. Esta nació en una pequeña localidad en la Borgoña francesa, donde el músico evocaba recuerdos marinos en un ejercicio de creatividad. La composición continuó en la isla de Jersey y en la ciudad marítima de Dieppe, hasta su conclusión en Eastbourne, ciudad de la costa inglesa del Canal de la Mancha. De manera sonora, es resultado del cálculo de las proporciones formales para la representación de las estructuras del universo, constituyendo una invitación a la interpretación de los símbolos

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