Pie diabético: complicación prevenible controlando niveles de azúcar en sangre: IMSS Guanajuato

El pie diabético es una complicación de la diabetes mellitus cuando esta no se mantiene bajo control. Es importante que las personas que padecen la enfermedad mantengan monitoreo médico permanente para evitar esta y otras afecciones importantes, para lo cual el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS) brinda atención a la población, incluyendo las medidas preventivas para no llegar a verse afectados por este padecimiento crónico degenerativo. “La diabetes es la enfermedad metabólica más común en el mundo, se presenta cuando la persona no maneja bien el equilibrio entre el consumo de azúcar en la dieta y la producción de insulina, lo que genera aumento de glucosa en la sangre”, dijo el coordinador estatal de Salud Pública del IMSS en Guanajuato, doctor Ángel Arnulfo Vargas Morales. Con información enmarcada en el Día Mundial de la Diabetes, indicó que las causas de la enfermedad son genéticas y ambientales; las primeras se refieren a que se nace con predisposición a padecer la enfermedad por cuestiones de herencia, y las segundas, a la mala alimentación y la falta de actividad física, así como otros malos hábitos. Agregó que lo recomendable es que una vez diagnosticada la enfermedad la persona permanezca en monitoreo médico, para regular los niveles de azúcar en la sangre y evitar complicaciones, como el pie diabético. Informó que el pie diabético es un padecimiento a consecuencia de un mal control de la diabetes y se caracteriza por la deformidad de la extremidad y la presencia de infecciones que pueden ocasionar la amputación de los dedos e incluso de la pierna completa. Heridas con pus y poco dolor, progresivas e incapacitantes, son los síntomas del pie diabético, los cuales al no ser atendidos de forma adecuada y oportuna pueden generar la amputación de la extremidad. Para evitar esta complicación, recomendó a las y los pacientes con diabetes el control de la enfermedad a base de medicamento, alimentación balanceada y práctica de ejercicio; además, es importante que reciban asistencia para el corte de uñas de los pies, lubricarlos diariamente, mantener una limpieza adecuada, así como el uso de calzado y calceta apropiados para su condición de salud. La población derechohabiente cuenta con atención y orientación sobre este y otros padecimientos, a través del Programa PrevenIMSS, con estrategias para todas las edades en las Unidades de Medicina Familiar.

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Columna Diario de Campo

Migrantes de Pie All men are created equal. Thomas Jefferson (*)Luis Miguel Rionda (*) Los trabajadores inmigrantes en los Estados Unidos están reaccionando con valentía y pundonor a las políticas agresivas, discriminadoras, racistas y arcaicas de la administración Trump. Es increíble que un gran país, como los Estados Unidos de América, cuna de la democracia liberal y representativa contemporánea, que asumieron en su declaración de independencia el principio de que todos los hombres son creados iguales, dotados de ciertos derechos inalienables, como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, abrace hoy los contraprincipios de la supremacía racial, el rechazo a lo diferente y la exclusión de los beneficios del esfuerzo conjunto. El nieto de inmigrantes Trump profesa una falsa conciencia: la del “nativista” que considera que sus derechos de primacía en el tiempo justifican su rechazo a los recién llegados. Si el criterio de “primero en tiempo, primero en derechos” se aplicara parejo, los más de cincuenta millones de inmigrantes europeos que abarrotaron la isla de Ellis en el siglo XIX y principios del XX, no podrían competir con las poblaciones nativas indígenas, y los hispanos que poblaban el oeste de América del Norte desde el siglo XVII. Los derechos se adquirieron por medios violentos —conquista— o económicos —compra—, y las poblaciones antiguas fueron desplazadas. Las nuevas corrientes de inmigrantes han redibujado la cartografía demográfica de los Estados Unidos y Canadá. Los millones de hispanos procedentes de México y otros países hispanoamericanos han colonizado desde hace más de cien años el oeste y el centro sur. Los inmigrantes de los países del centro este europeo han preferido, en los últimos treinta años, asentarse en el norte y la costa este. Pero el control económico y político del país aún lo ejercen las “mayorías” —cada vez más pequeñas—: los descendientes de los europeos occidentales. Son estos conjuntos de “nativistas” que sienten en riesgo su hegemonía, y reaccionan con xenofobia y prejuicios ante los “invasores”

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DE PIE ¿HASTA QUE EL PAÍS ESTÉ DEVASTADO?

Juan Miguel Alcántara Soria ¿Hasta cuándo vamos a seguir permitiendo la destrucción de México? Es pregunta que se hace en varios círculos de análisis. Hay quien responde: hasta que el país esté devastado. Ante la destrucción de contrapesos al poder político, impotentes oposiciones, complicidad del gran capital, ausencia de liderazgos en grupos intermedios, nulo crecimiento económico, quiebra de las finanzas nacionales, devaluación, deportación de migrantes, adormilamiento de las masas, es respuesta que hay que considerar. Enero cerró concretándose amenazas de Trump contra seres humanos en su país y más allá de sus fronteras. Y acá, la demolición del poder judicial, disputas de territorios entre grupos delictivos, apalancamiento de narcogobernadores, o el pasmo del gobierno que actúa como robot, no alimentan optimismo. Tiempos por venir serán peor. De Efraín González Morfín aprendí que hay dos sentidos -de los cinco externos y más de cien internos que tenemos los humanos-, que en lo particular no debe perder un político: el sentido del honor y el sentido del humor. Respetarse a sí mismo, a su palabra. Y no tomarse en exceso en serio: saber reírse de sí mismo; reconocerse mortal. Al observar dichos y actitudes de Trump, Obrador o Sheinbaum, se constata que carecen de esos sentidos. Recién se difundió un retrato de Trump que hizo el escritor británico Nate White. Retomo pinceladas: “… la falta de humor es casi inhumana. Ni siquiera parece entender lo que es un chiste: su idea de un chiste es un comentario grosero, un insulto analfabeto, un acto de crueldad… Trump es un troll: nunca es gracioso ni se ríe, solo cacarea o se burla. Profiere insultos groseros y sin sentido. Su mente es un algoritmo simple, parecido a un robot, de prejuicios mezquinos y maldad instintiva… no tiene mundo interior, alma… Y lo peor y lo más imperdonable para los británicos: es un matón. Excepto cuando está entre matones (Putin). Entonces se transforma en un compañero llorón… Le gusta dar patadas a los vulnerables, o a los que no tienen voz, y los patea cuando están en el suelo…” Otro pincelazo: “Siempre ha habido gente estúpida en el mundo, y también mucha gente mala. Pero pocas veces la estupidez ha sido tan mala, ni la maldad tan estúpida… si Frankenstein decidiera crear un monstruo con defectos humanos, crearía un Trump. Y arrepentido se arrancaría los cabellos y gritaría: Dios mío, ¿qué es lo que he creado?” Al indagar del honor y del humor en Obrador y la subpresidenta, el retrato de N. White les cuadra. Obrador mintió todo el tiempo; buscó, piensa y se siente en el altar de la patria, junto a Morelos, Juárez, Madero, Cárdenas. Al regreso del abusador Trump -quien se burló de su canciller Ebrard-, se esconde. Y acá, la subpresidenta, prolonga insultos, división sin sentido, mala instintiva. La “científica” tampoco tiene alma. Y Trump, ante el siniestro aéreo de esta semana en el Río Potomac, en Washington, acusó a Obama. Acá los siniestros que no han sabido resolver se atribuyen a Calderón: lo repitió antier en el asunto de mineros en Pasta de Conchos. Es iluso esperar adquieran estos dos sentidos. O sepan conjugar los tres verbos que un líder social o político debe saber, con sus respectivas virtudes: Ver la realidad, con veracidad. Juzgarla, para en justicia asignar tareas. Y actuar para el bien común, con prudencia (Juan XXIII). Son mentirosos irredentos, injustos, imprudentes. No usan la ciencia. Allá y acá destruyen instituciones a distinta velocidad, sin pudor. Demagogos populistas, de izquierda o derecha, desmontan equilibrios. La historia lo evidencia. La parte del pueblo que no es masa deje abulia o estar marcando el paso. A salir a las plazas, hablar, escribir, sensibilizar. Dialogar desde y frente al poder. Trazar rutas que eviten la devastación total del país y más allá. En círculos próximos cotejar realidades sociales, económicas, políticas, culturales. Sin odio ni violencia asumir causas y asignar tareas. Reconstruir instituciones indispensables para futuros incluyentes. Involucrar a quienes deben tomar la estafeta, los jóvenes: serán quienes más verán frustradas sus aspiraciones fundamentales. A cumplir deberes como ciudadanos de aquí y del mundo.

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