México perdió categoría de país democrático

Juan Miguel Alcántara Soria El expresidente Ernesto Zedillo expuso el 10 de enero, en Foro del ITAM: “En unos cuantos meses México ha perdido la categoría de ser país democrático. Y esto nos toma en el peor momento… Va a ser muy difícil que superemos los retos económicos y geopolíticos que se avecinan, visto la apuesta se ha doblado por esa transformación de democracia en tiranía… No se fue a las urnas para decidir que la democracia mexicana tenía que ser destruida, para transfórmese en una tiranía… Los mexicanos necesitamos una presidenta que gobierne con mucha autoridad, con las reglas de la democracia. No necesitamos un país que sea una autocracia de partido hegemónico, donde el poder real e inmenso lo ejerza un caudillo oculto en la oficina anexa a la presidencia de la República”. El expresidente Zedillo tiene credencial demócrata. Recuerdo eventos que lo confirman. El día de la elección presidencial del 2000 -2 de julio-, se previó el consejero presidente del IFE, José Woldenberg, anunciara resultados preliminares. Vendrían posicionamientos de los candidatos presidenciales, y al último del presidente de la República. Luego de dar los datos favorables a Fox (más del 42%), se esperaba el candidato del PRI, Labastida (con 36%), reconociera su derrota, pero éste no la digería. Zedillo no dudó en aparecer en TV y reconocer que su partido -que gobernaba desde 1929- resultó perdedor. Su candidato no lo perdonó. Seis años atrás Zedillo ganó la presidencia (50%) a Diego Fernández de Cevallos (27%). Del primer debate presidencial, en la encuesta telefónica que levantó la Oficina de Presidencia de la República, el 54% dio por ganador a Diego, el 17% a Zedillo. Luego los medios redujeron la presencia de Diego, y el presidente Salinas y el PRI impidieron un ulterior debate. Siendo declarado presidente electo, Zedillo propuso a Diego ser Procurador General de la República. El CEN del PAN pidió a Diego no aceptar y, en cambio, envió a Zedillo una terna a considerar para Procurador, con los nombres de Antonio Lozano Gracia, Fauzi Hamdan y el mío; en disposición a asumir tareas públicas. Al presidente electo no gustó se impidiera a Diego aceptar. En víspera de tomar posesión optó por Antonio Lozano, quien después me ofreció dirigir el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas, lo que no acepté. Con el presidente Zedillo se concretaron, entre otras reformas, la del Poder Judicial -creando el Consejo de la Judicatura y renovando la totalidad de ministros de la Suprema Corte- y la electoral, que concluyó la ciudadanización del IFE y mayor equidad en los procesos electorales, incluso en medios de comunicación. En la elección intermedia de 1997 el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados; las oposiciones fueron contrapeso efectivo del Ejecutivo. Entonces Zedillo nos invitó a desayunar en Los Pinos al coordinador de los diputados panistas, Carlos Medina Plascencia, y a los subcoordinadores Francisco Paoli Bolio y a un servidor, para informarnos de la injerencia del narcotráfico en las elecciones de municipios de la “tierra caliente” de Michoacán; arrebataron cargos de tesorería, obras públicas y seguridad municipales. Consideró contenerlo mediante más financiamiento público a los partidos, auditable, transparente; y así evitar los financiera el narco. Los diputados del PAN desahogamos en parte nuestra agenda legislativa: fortalecimiento del ámbito municipal, la autonomía del Banco de México, o de la Auditoría Superior de la Federación. Por indicación del presidente del PAN, Calderón, destrabé ahí aprobación a los presupuestos de 1998 y 1999. Este lunes 20 asumió el gobierno de EU la oligarquía de ultrarricos del provocador Trump. México está expuesto a tragedia: polarizado; sin diálogo sino monólogo de Palacio ya más de seis años; sin seguridad, ni tribunales autónomos. Procede convocar a un gran acuerdo nacional. Dejar de ser subpresidenta, gobernar con autoridad; enviar iniciativa al Congreso para pausar la reforma judicial. Y sin patrioterismo, evaluar con los distintos liderazgos sociales y políticos nuestras fuerzas y debilidades, para asumir los retos y oportunidades. Y encarar amenazas internas y externas. Sin categoría democrática no podremos.

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Columna Diario de Campo

Lista de Año Nuevo 2 Luis Miguel Rionda (*) Continúo enlistando mis motivos de reflexión por el año que inicia. Mencioné antes la violencia social que no cede, el deterioro del estado de derecho, la regresión autoritaria y la crisis económica por venir. La quinta de mis preocupaciones es, inevitablemente, el inicio de la segunda gestión presidencial de Donald Trump en los Estados Unidos. Es un mal inicio para un año que ya se anunciaba mal. Ya conocimos el talante inmoderado de este personaje, sus prejuicios políticos y raciales, su desprecio a las formas democráticas, y su soberbia en el trato hacia el resto del mundo, con la única excepción de Rusia. Para el magnate anaranjado, México no es más que un incómodo traspatio por donde se cuelan migrantes indeseables, todos delincuentes, retardados, drogadictos y holgazanes, por no mencionar el agravante de ser morenos y hablar dialectos del español. Él ya “dobló” antes a los líderes mexicanos, y lo piensa repetir. De nuevo convertirá a las fuerzas armadas mexicanas en parte de su patrulla fronteriza, y nos obligará a replantear en peores términos el T-MEC, si es que no nos expulsan del mismo. Tendremos al peor de los vecinos en el peor de los momentos. La sexta es el hundimiento de la educación mexicana. No hemos aprendido que la mejor estrategia para el desarrollo social es la formación intensiva de capital humano, como lo hicieron Corea, Singapur, China y la India. El gobierno actual insiste en ideologizar los contenidos educativos y eliminar la formación de saberes y competencias pertinentes. La pomposamente llamada Nueva Escuela Mexicana ha alterado los planes de estudio para convertirlos, en palabras del pedagogo Gilberto Guevara Niebla, en “una prédica plagada de inconsistencias, oscuridades, enigmas y contradicciones, producto de la arbitrariedad en el uso del lenguaje y –yo agregaría— de los tropiezos propios de ciertas mentes crípticas. Hay un rechazo sistemático a las reglas, a los valores y a las leyes, de tal modo que la narración se hace desde un contexto vacío de normatividad.” (“La NEM entre líneas”, https://t.ly/USk7v). No hay interés en el desarrollo de la persona como individuo informado, crítico, participativo, asociativo y demandante. Se apuesta a la llamada “comunidad”, una entelequia colectivista, diversificada al extremo, pretendidamente revolucionaria y románticamente utópica. Olvidémonos ya de los saberes científicos; ahora lo que priva es la sabiduría arcana de los pueblos del neolítico prehispánico. De nada sirve la lectura de comprensión, la aritmética aplicada, la lógica cartesiana, el escepticismo como método. Las ciencias de la naturaleza y de la sociedad pierden terreno ante la emergencia del dogmatismo, la ideología, el apriorismo y el esoterismo. No es de extrañar la escasez de medicamentos y la crisis del sistema de salud, si el propio gobierno promueve los conocimientos “alternativos” basados en la fe y las buenas vibras. Seguiremos enumerando la próxima semana… (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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No somos dueños del sentido de las palabras

Juan Miguel Alcántara Soria Uno de los rasgos de su personalidad social que comparten Trump, Sheinbaum y Nicolas Maduro, es que dan uso y sentido a las palabras que no se corresponden con sus etimologías o sentidos gramatical, histórico, ético o jurídico. No llaman a las cosas por su nombre, o cambian de nombre a las cosas. En la semana anterior los tres lo volvieron a hacer. A Trump se le ocurrió decir que cambiará el nombre al Golfo de México por “Golfo de América”, además de desear anexarse a Groenlandia y Canadá. “América” son los Estados Unidos, nada más. La subpresidenta, ocurrente, dijo que mejor llamar “América Mexicana” al territorio de los estados que nos robaron los estadounidenses. Y alardeó que México es “el país más democrático del mundo” (pero lo gobierna Obrador), que Mexicana de Aviación, el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas van muy bien, estando arruinadas. Por su parte, el gobierno de Maduro declaró que expresidentes de diversos países, Fox y Calderón, incluidos, quieren “invadir” su país, les impidió ingresar, y con pretexto paralelo encarceló líderes de la oposición. y consumó robo electoral. En griego “onomaturgo” es el autor o creador de nombres. En el libro del Génesis se atribuye a Adán esa tarea inicial. Trump, como Obrador o la Sheinbaum, tienen ese síndrome de bautizar o rebautizar las cosas; mecanismo útil para mentir abiertamente, y atragantar con sus afirmaciones a seguidores. La ignorancia y la altanería de Trump son inmensas y visibles a todo el mundo. Desconoce que el Golfo de México, antes Golfo de la Nueva España, es esa porción de mar encerrada entre la Península de Yucatán y la de La Florida (ésta bautizada por el conquistador Juan Ponce de León, en 1513). Así conocido desde tiempos del dominio español. Su arrogancia será una amenaza para la subpresidenta y para nuestro país. Entre mentirosos “onomaturgos” nos moveremos. Hace doce años Maduro se hizo del poder con apoyo de cubanos y militares narcotraficantes – varios hoy buscados por EU-, previa destrucción de instituciones y concentración del poder, con Hugo Chávez. En la última elección su oponente Edmundo González ganó; exhibió las actas que le dan una ventaja del 67% contra el 31% de Maduro, una diferencia de 2 a 1; actas recién entregadas al gobierno de Panamá para su resguardo. (Los presidentes de Chile, Brasil y Colombia, de izquierda, consideran hubo fraude electoral; la de México, no; cómplice). Trump o Sheinbaum no dudan en mentir en voz alta, a la luz pública, y son creídos por masas acríticas, que no piensan por sí mismas, aborregadas. La subpresidenta ha completado el cambio de régimen en dirección venezolana, dictatorial. Lo que no alcanzó en su tiempo el presidente Obrador, ella lo culmina, que al destruir al poder judicial concentrará un poder político que no se veía desde el Porfiriato. Con posibilidades de manipular los próximos procesos electorales. Habrá necesidades de otros Francisco I. Madero. Acá, allá y acullá, las deficiencias o insuficiencias educativas, incluyendo las de formación ciudadana, son facilitadores de demagogos, jefes de facciones populares, manipuladores de plebe. Y hoy, con la Inteligencia Artificial, hay mayores amenazas. Muchas de esas amenazas se deben, para empezar, a la falta de consideración o respeto a los distintos niveles de conocimiento humano. Todos tenemos certeza natural de muchas cosas, varias de ellas por instinto; pero es necesario que la mejoremos mediante la educación. Y para ello, comunicarnos y apoyarnos unos a otros. Tomemos un ejemplo matemático: dos y dos son cuatro. Y si cuando yo debo dinero, dos y dos son tres: y cuando me deben dos y dos son cinco. ¿Este es un problema aritmético o es un problema moral? Todos nuestros actos conscientes y libres implican una posición ante el bien, y son, por tanto, de índole moral, entre un bien y un mal, o un mal mayor y otro menor. Y lo que decimos para el ámbito individual o personal también aplica para el ámbito social, en donde nuestros actos nos determinan para el bien o el mal común. No somos dueños del sentido de las palabras. Respetémoslo. De lo contrario, nos incomunicamos e impedimos apoyarnos unos a otros, más en estos tiempos de demagogos que ocultan la verdad.

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Lista de Año Nuevo, 1

Columna Diario de Campo Luis Miguel Rionda (*) Con este inicio de año, me parece importante compartir una serie de motivos de reflexión, que pongo a la consideración de los lectores. Primero, que la violencia social en México no cede. Incluso parece recrudecerse. Durante el semi sexenio de López Obrador (cinco años con diez meses) fueron asesinados más de 200 mil mexicanos, un diez por ciento de ellos en Guanajuato. Ahora bien, durante el año pasado, 30 mil 584 perdieron la vida violentamente, 3 mil 128 en Guanajuato. Y en los cien primeros días del sexenio de Sheinbaum ya suman 7 mil 725 los ultimados. Un promedio de 77 diarios (fuente: TResearch). Y como apunta el especialista David Saucedo, las masacres han mudado de ser expresión del enfrentamiento entre carteles o bandas del crimen organizado, a una auténtica guerra del Estado en contra de esas gavillas delincuentes, a partir del cambio en la política de seguridad de los nuevos gobiernos federal y estatal de Guanajuato. El último combate abierto se escenificó en localidades de los municipios de Uriangato y Yuriria, donde cayeron cuatro agentes estatales, que fueron vengados con el abatimiento de una decena de sicarios. “La orden no era capturar, sino exterminar. Una venganza siciliana, al más puro estilo de la vieja policía federal mexicana”, dice Saucedo. Segundo, y de la mano de lo anterior, el creciente deterioro del estado de derecho general, que sigue profundizando el autoritarismo oficial: el incremento a sesenta tipos de crímenes presuntos que ameritan prisión preventiva oficiosa. A esto se suma el aniquilamiento inminente del poder judicial federal y de los estatales, que abrirá la puerta a juzgadores noveles que deberán el puesto al partido en el poder, a los intereses fácticos, y a los criminales organizados. Además, la militarización de la seguridad pública ha colaborado a deteriorar el compromiso del Estado con los derechos humanos, sumado a la domesticación de la comisión nacional en la materia. Tercero, la regresión a un orden político cripto priista, como el de los años cincuenta a ochenta (la ley de Herodes), que creímos superado. Hemos regresado a la hegemonía monopartidista y presidencialista, con el agravante de que en este punto preciso la regresión ha sido aún mayor, a los años del Maximato. Muchos indicadores nos permiten afirmar que la presidenta propone, pero el que vive enfrente (en un rancho lépero) dispone. Cuarto, la economía se enfila inexorablemente hacia una crisis estructural de gran calado. El modelo (neo)liberal se está desmontando rápidamente para ser sustituido por un capitalismo de estado, con la restauración de los viejos monopolios ineficientes (CFE y Pemex) y la suma de nuevos emprendimientos irracionales (Dos Bocas, Tren Maya, AIFA, Mexicana… y ahora hasta carritos eléctricos). Nos acercamos a los experimentos sociales cubano y venezolano que admira la nueva presidenta, con su incompetencia, corrupción, utopismo, sectarismo y apego al poder. Seguimos enumerando la próxima semana… (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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A contribuir al Bien Común no al mal común

Juan Miguel Alcántara Soria En el 2025, gobernantes y gobernados tendremos diferentes alternativas para decidir en el ámbito de lo social, con consecuencias para bien o para mal comunes. Vivimos el desastre del primer sexenio del obradorato, y estamos viviendo secuelas peores en el segundo. Una subpresidenta proclive a mentir más que su presidente. Demagogos puros, atacan a adversarios y a gobiernos anteriores y actuales que no sean camaradas; su ilusión de obras faraónicas y programas sociales incrementados han provocado la quiebra de finanzas nacionales; endeudamiento absurdo a pagar por varias generaciones; complicidad y tolerancia con grupos de delincuencia organizada; mayor orientación política marxista con ostentación de cercanía a gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua o Colombia; corrupción generalizada, que incluye nepotismo de familias “progresistas”; generan nuevos ricos con obras y recursos públicos, hicieron cómplices a los más ricos del país. No hay dirigentes sociales o políticos que los contengan. En una sociedad pluralista como la nuestra, con diversidad de grupos organizados, de diversos fines económicos, políticos, educativos, religiosos, recreativos o profesionales, es asombroso que el conjunto no tome el rumbo o cauce que le corresponde por el bien de todos. Pudiendo llegar a ejercer la dirección de la sociedad -coparticipar- quienes dirigen a los grupos organizados, la han dejado en exclusiva al poder público -en los tres órdenes de gobierno- controlado por las corrientes de la 4t, aliadas con el crimen organizado en varios espacios. Desentendidos los grupos económicos, educativos, laborales o religiosos de los asuntos públicos, sus dirigentes actúan cerrada o temerosamente, buscando solo favorecer sus intereses particulares en el corto plazo, no el bien del conjunto. Isaac Guzmán Valdivia (mi profesor de Sociología en La Libre, fui su adjunto después) nos enseñó que “La política es considerada, en primer término, como la dirección social ejercida por los órganos del poder público. Pero debemos también entender por política -dado el hecho de nuestra sociedad pluralista- la acción ejercida por los grupos organizados en tanto que tal acción esté dirigida frente al poder del Estado, para modificar de alguna manera el orden jurídico establecido. Antes solo cabía la primera de estas dos acepciones. Hoy, ambas son necesarias. Y para entender el juego de las dos, téngase en cuenta que ya sea que la política se ejerza desde el gobierno o desde los grupos institucionalizados, siempre tendrá por objetivos la creación, el establecimiento, la conservación, el desarrollo, la modificación, el cambio radical o la destrucción, inclusive, del orden social que compromete a los propios grupos organizados o a la sociedad en general”. La subpresidenta hizo aprobar al Poder Revisor de la Constitución, en número y tiempo récord, las reformas propuestas por su presidente en febrero del 2024, destructoras de los poderes judiciales, de órganos autónomos, que reconcentran el poder público; dirigen a dictadura de partido. Y configuran nuevo régimen autocrático, más perverso que el príato. Las oposiciones en los congresos federal y locales fueron arrasadas. Y los dirigentes de los grupos institucionalizados fueron incapaces de contener tal destrucción y cambio radical del orden social que los afecta, y al bien general. Declinaron su rol de liderazgo por cuidar intereses particulares. La ley, los derechos humanos, la justicia, la paz son principios y valores olvidados, despreciados. Prevalece “la lucha por la conquista del poder y la habilidad para conservarlo y acrecentarlo. Entiéndase bien: el poder, no la autoridad. Y también: la habilidad para conservarlo y acrecentarlo, no la justificación de fines éticos y jurídicos. La política es hoy solo una técnica y su objetivo es el dominio de los más”, para beneficios particulares. Los grupos tienen responsabilidad por la calidad de vida, conforme a los valores de la persona humana y del bien común. Debemos cada uno exigir a los dirigentes de grupos en que participamos, asumir su rol en la dirección del cauce del conjunto. Con veracidad, justicia y prudencia. Aislados nada lograremos. A darle el 2025.

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Columna Diario de Campo

El maestro Luis Luis Miguel Rionda (*) El pasado martes 17, la inteligencia mexicana perdió a un extraordinario exponente al sobrevenir el deceso del maestro Luis Rionda Arreguín. Mi querido tío fue un extraordinario académico de la Universidad de Guanajuato. Filósofo por vocación, formación y ambición, fue catedrático y guía de numerosas generaciones de estudiosos del pensamiento universal desde la añosa Escuela de Filosofía y Letras (1953) de la Universidad de Guanajuato (UG), la segunda en antigüedad del país. Dedico estas líneas a resaltar el legado de sabiduría humanista del maestro Luis. Él nació en Silao de la Victoria el 6 de junio de 1936. Vivió 88 años muy fructíferos, de producción intelectual de alto octanaje sobre una enorme variedad de temas: la ontología, la epistemología, la filosofía de la religión, la antropología filosófica, la historia de la ciencia y las instituciones educativas, la biografía de eruditos guanajuatenses y mexicanos, la cuestión de la mexicanidad, y otros temas que convocaron su inagotable curiosidad. Fue el quinto de seis hermanos, hijos del capitán Isauro Rionda Liceaga y doña María Luisa Arreguín Pesquera. Casó con Ana Josefina Ornelas y procrearon a mis primos Ana Faviola y Luis Javier. De la camada de hermanos sólo le sobrevive mi tía Josefina Rionda de Botello. Fue un prolífico forjador de instituciones para el desarrollo del pensamiento humanista: dirigió la mencionada Escuela de Filosofía y Letras desde 1975; promovió que el archivo histórico del municipio de Guanajuato se trasladara a las instalaciones de ese plantel, para que los estudiantes de la licenciatura en Historia, establecida en 1963, pudiesen realizar investigación y paleografía. También apoyó la iniciativa del profesor Ernesto Scheffler para abrir la Unidad de Investigaciones Filosóficas en 1978. En 1980 fundó el Centro de Investigaciones Humanísticas de la UG, antecedente del actual Departamento de Cultura y Sociedad. Dirigiría esa unidad hasta 1997, cuando se jubiló. Fundó y dirigió, desde 1972, la revista Colmena Universitaria, que acumularía cien

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El presupuesto de Sheinbaum: un fraude al pueblo

   Juan Miguel Alcántara Soria Un “pre-su(b)-puesto” es lo que está colocado antes y por debajo de algo. (sus raíces griegas: pre, antes; sub, por debajo; puesto, colocado). Hay presupuestos doctrinales, filosóficos, políticos, económicos o sociales. Importa, aquí y ahora, el presupuesto económico que discuten diputados federales, que no es solo de estimaciones anticipadas de ingresos y egresos del Estado mexicano para 2025. Es, sobre todo, “la expresión de un programa de la política social y de la acción económica del Estado, para aplicarse durante un período determinado”. De dónde obtendrá el gobierno dinero -incluyendo deuda pública-, para atender qué prioridades o necesidades. Tiene un valor ético y jurídico, y una función política y económica entrelazados, de consecuencias inmensas. Como las de una madre o un padre cuando decide en qué gastar (alimentos, salud, educación, o borrachera), y de dónde obtenerlo (trabajo, deuda, robo, engaño, o lotería). El proyecto de presupuesto para 2025 que envió la subpresidenta Sheinbaum, lo revisó lúcido el senador Ricardo Anaya, en comisiones de la cámara de senadores. Y sí, quieren engañar al pueblo. Dicen que el tipo de cambio del dólar estará ese año a $18.70, tendremos una tasa de crecimiento del 2 al 3%, la tasa de interés crediticia al 8%. Que Pemex producirá ahora sí 1.9 millones de barriles diarios de petróleo. Evidenció premisas engañosas, improbables, fraudulentas. Es de destacar que la deuda pública que incrementó Obrador, y que deberemos pagar todos, llegó a 6 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), la más alta en los últimos 36 años, desde Salinas de Gortari. Ahora la subpresidenta dice tendrá ingresos por $ 7 billones de pesos, pero gastará $ 9 billones. De intereses en 2025 plantea pagar 1.4 billones, lo que equivale a 20 veces lo que asigna a seguridad pública federal: solo $ 70 mil millones. La subpresidenta prometió bajar la deuda de 6 a 3 puntos del PIB. Pero su proyecto en teoría solo baja a 4 puntos. Y de su pronóstico de ingresos, $ 7 billones, calcula $ 5 por impuestos, y $2 por supuestos ingresos de Pemex y CFE, un superávit imposible; nos engañan (esperan ganarse la lotería, o robar). La deuda será mucho mayor. Otro engaño es su presupuesto de crecimiento del PIB, del 2 al 3%. Anaya cita: para BBVA y Citibanamex, creceremos 1%; Banco de México dice 1.7%. El Fondo Monetario Internacional prevé 1.3%. Más deuda a pagar varias generaciones, para cubrir mayor déficit. Incumplen Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, que exige equilibrio presupuestario. Dependencia de endeudamiento que nos expone a riesgos enormes. Además, recortes en rubros prioritarios como seguridad y salud pública, educación e infraestructura. La cruda que viviremos por la borrachera obradorista será espantosa. Eso sí, pide incrementos para programas clientelares, como el de becas, apoyo a mujeres de 60 a 64 años, a universidades obradoristas, pero reducciones a la UNAM, al poder judicial, o desaparición de órganos autónomos. Otra afectación es la distribución de los impuestos federales a estados y municipios. Reducirán del 32% al 25% para lo local: centralismo sí, federalismo no. El gobierno de Jalisco plantea salir del Pacto Fiscal, con razón (los de Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes o Chihuahua, parecen autistas). Es como si un hijo trabajador da a su padre o madre todos sus ingresos, y de devolverle antes una tercera parte para su sostenimiento personal, ahora solo le devuelve una cuarta parte a cada uno. Las autoridades locales tendrán menos recursos para solventar necesidades atendibles desde el círculo más próximo. La semana anterior vi con mi hijo la película Gladiador 2. Confirmé sensación sideral de la vida: circular y ascendente. En la Roma del emperador Caracalla y sus termas, como en el México de Obrador y sus Dos bocas, hay paralelismos. Más allá de los Macrinus, o traidores como los Adán Augusto o Monreal, existe la estirpe de los Marco Aurelio, o Lucius: mujeres y hombres con sentido del honor, a quienes pueden quebrar, pero no doblar. Con quienes las Patrias -casa de los padres- se rescatan de defraudadores.

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¿Ordenamiento Territorial?

Columna Diario de Campo Luis Miguel Rionda (*) El desarrollo de los centros urbanos de México se rige por la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, publicada el 28 de noviembre de 2016 y reformada el uno de abril pasado. En su artículo segundo se establece como un derecho humano el que “Todas las personas sin distinción de sexo, raza, etnia, edad, limitación física, orientación sexual, tienen derecho a vivir y disfrutar ciudades y Asentamientos Humanos en condiciones sustentables, resilientes, saludables, productivos, equitativos, justos, incluyentes, democráticos y seguros”. Uno de los instrumentos técnicos para concretar este derecho son los planes y programas de desarrollo urbano de los estados y sus municipios. Se trata de documentos minuciosos que detallan los escenarios del crecimiento futuro de los centros de población, rigiéndose por criterios de racionalidad en el acceso a los servicios públicos básicos, el respeto y cuidado del entorno natural, la atención a las particularidades de esos centros, los usos de suelo y las reservas territoriales, la gobernanza a partir de la participación vecinal, y los mecanismos de participación ciudadana en la definición de obras públicas. En mi ciudad, Guanajuato capital, estamos sumergidos en un debate sobre el nuevo Programa Municipal de Desarrollo Urbano y de Ordenamiento Ecológico Territorial, conocido con el impronunciable acrónimo PMDUOET. El instrumento legal aún vigente es el venerable POT (Programa de Ordenamiento Territorial) de 2012, que fue elaborado por el PUEC-UNAM (Programa Universitario de Estudios de la Ciudad) dirigido por la socióloga Alicia Ziccardi. Me tocó participar activamente en algunos de los tramos de su elaboración, gracias a la apertura de la doctora Ziccardi y el presidente municipal Luis Gutiérrez. La ciudad ha crecido de nueva cuenta de manera desordenada, sin atender las previsiones del POT. Como siempre, siguen pesando más los intereses de los grupos e individuos cercanos al mercado del territorio. El nuevo programa asume esa desorganización, y la formaliza. La escasez de especialistas en el tema facilita que esos intereses se disimulen bajo una densa capa de tecnicismos, con planos indescifrables llenos de claves y colores apretujados, y la típica jerigonza jurídica mareadora. Las mejores opiniones técnicas que he escuchado sobre el PMDUOET las escuché del planeador urbano Yann Godbert, del movimiento Colibríes de Guanajuato, y la ingeniera ambiental de la UG Karla Piñón, en la sesión del Observatorio Ciudadano de Guanajuato del sábado 30 de noviembre (https://tinyurl.com/2c3jto3z). Sus argumentos son específicos y contundentes, pero muy inquietantes por sus implicaciones sobre la ética pública. Curiosamente, la página del programa (https://tinyurl.com/25yoe7j6) fue nulificada después de la sesión del observatorio. Así no se puede. (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRion

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Viento favorable para quienes saben a donde van

Juan Miguel Alcántara Soria Trump no toma posesión del poder, y ya está ejerciéndolo. Anunció que el primer día, 20 de enero, impondrá aranceles (cargas fiscales) a productos provenientes de México y Canadá; y los mercados temblaron. El macho alfa sabe a dónde quiere ir, controla ambas cámaras del Congreso, polariza su nación, en condiciones que hacen factible aterrice su visión de país hegemónico, sin consideración ético-política alguna. Acá, el presidente Obrador (también empezó a gobernar al otro día de la elección de 2018; Peña Nieto le soltó el poder antes de tomar posesión), sigue gobernando. Sabe a dónde quiere llevar a México. Y tiene alineada a la subpresidenta Sheinbaum, al poder legislativo, y pronto al poder judicial, en dirección a otro régimen político: autoritario, no democrático, centralista, sin instituciones autónomas y sin contrapesos, en lugar de república democrática, federal. También mantienen polarizado al país, y sin partidos de oposición ni otras organizaciones capaces de contener destrucción de instituciones que llevan a paso veloz, valiéndose de la mentira, el chantaje, el atraco. Esta semana afectaron, otra vez, derechos humanos de los mexicanos: unos, con sola la mayoría de senadores de la 4t. Y otros derechos, con el voto de siete del PAN, renegados del Humanismo Político que dio densidad ético-política a ese instrumento ciudadano. La mayoría oficialista borra de la Constitución órganos autónomos, garantía de derechos a la transparencia, acceso a la información pública, rendición de cuentas, protección de datos personales; y contrapesos del poder, como el INAI. Y esa mayoría, con aval inmoral de senadores de oposición, reforman la Constitución para ampliar el catálogo de delitos que merecen prisión preventiva oficiosa, automática, sin juicio previo, como el de extorsión. No respetan el principio de presumir un ciudadano es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Bastará un agente del ministerio público reciba denuncia de extorsión, para que pueda solicitar prisión; y después investigará. Las incapacidades y deficiencias comprobadas de los ministerios públicos, federales y locales, para investigar, es premiada con nuevo atraco a derechos; llevará a inocentes a perder su libertad. Más, en el ambiente de desprecio a la ley que se impulsa por la 4t. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó a México reponer derechos humanos, por el amplio catálogo de delitos que merecen pena privativa de la libertad sin juicio previo ni sentencia. Y los poderes públicos no solo desacatan orden internacional; lo agravan. En Guanajuato la extorsión se tipifica así: “A quien, para obtener un beneficio indebido para sí o para otro, exija a otra persona por medio de la violencia, dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo en su perjuicio o en el de un tercero, se le aplicará de cuatro a quince años de prisión y de cuarenta a ciento cincuenta días multa” (Art. 179 e). Cualquier malqueriente (una pareja despechada, un vecino envidioso, un alumno reprobado) podrá denunciar que otro le exige un dar, hacer, o no hacer algo en su perjuicio, y con violencia, para que pueda ser privado de su libertad, sin juicio previo. La extorsión es de los delitos más incrementados en todo el país, sin duda. Pero ante incapacidades de las autoridades de los tres órdenes de gobierno para prevenir o contenerla, le dan al ministerio público una herramienta de la que, sin duda, abusará, en perjuicio de inocentes. El régimen que configura el obradorato no es de leyes ni instituciones. “La ley no es la ley”, “al diablo las instituciones”. Sino de revanchas y ocurrencias con soporte clientelar. No se entiende cómo la coordinadora de senadores panistas, Lupita Murguía -mi contemporánea en la Escuela Libre de Derecho-, o el exgobernador Márquez -estudió Filosofía y Ética en seminario- pierden brújula y atentan contra derechos derivados de la dignidad humana. Y su presidente Romero preocupado por su impunidad, doblado ante la subpresidenta. No saben a dónde van. “No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va”, dijo Séneca. La delincuencia organizada y no, empoderada como nunca, sí sabe a dónde. Y los buenos, que somos más ¿Cuándo definimos rumbo y ritmo al bien común?

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Columna Diario de Campo

Nuevos Partidos 2025 Luis Miguel Rionda (*) Desde la reforma electoral de 2014 se estableció en la legislación mexicana, tanto federal como local, que cada seis años, luego de la elección presidencial o de ejecutivo estatal, se abriría una ventana temporal para el registro de asociaciones que aspiren a constituir nuevos partidos políticos en el siguiente mes de enero (artículo 11 de la Ley General de Partidos Políticos). Es decir, que en seis semanas se abrirá ese registro tanto en lo federal como en lo local. La constitución de nuevos partidos es regulada por el artículo 41 constitucional, base I; la Ley General de Partidos Políticos en sus artículos 9º al 19, y la ley electoral de Guanajuato en sus artículos 24 al 30. El mecanismo es relativamente sencillo: se basa en la realización de asambleas de agremiados. Si se trata de partidos nacionales, se requieren en por lo menos en veinte entidades o en doscientos distritos federales. En el caso de los partidos estatales se necesitan asambleas en dos tercios de los municipios o distritos locales. Todo en el término de un año. El proceso culmina con una asamblea nacional o estatal según el caso. Todo ello con la presencia fedataria de funcionarios de los institutos electorales, que deben certificar el número de afiliados que participaron en las asambleas, que en el caso de partidos nacionales en ningún caso podrá ser menor a tres mil en las estatales, o trescientos en las distritales. Respecto a los partidos locales, deben cubrir el 0.26% del padrón de su demarcación, vigente en la elección anterior del ejecutivo. Muchos grupos y asociaciones de ciudadanos, inquietos por el empobrecimiento del escenario político partidista que resultó luego de la elección del 2 de junio pasado, se están movilizando para presentar sendas solicitudes ante el INE o los organismos electorales locales. Es el caso, por ejemplo, del Frente Cívico Nacional, donde prevalecen socialdemócratas. Pero también se agitan las aguas en espacios como el de los conservadores y libertarios, que desean rebasar al PAN por la derecha, o los trabajadores del Poder Judicial y de los diversos organismos defenestrados por la 4T, o de académicos e intelectuales alarmados por la desintegración del sistema de contrapesos; e incluso, de nuevo, las iglesias evangélicas militantes. En el 2013 fueron 52 las asociaciones que entregaron su carta de intención ante el INE; sólo dos lograron el registro (Partido Humanista y Partido Alianza Social). En 2019 fueron 102, y lograron su registro preliminar seis (Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas, Fuerza por México, México Libre, Grupo Social Promotor de México y Fundación Alternativa). De éstos, sólo los tres primeros pudieron competir en las elecciones de 2021. Será interesante observar cuántos colectivos buscarán el registro en esta ocasión. La crisis actual del sistema de partidos hace sospechar que serán muchos, pero muy pocos cumplirán los requisitos. Se requiere de recursos privados, que serán auditados. Un reto nada fácil. (*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda

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