Igualdad del voto
Luis Miguel Rionda (*)
El próximo domingo 11 los y las ciudadanas conscientes de este país estamos convocados a
manifestar nuestro rechazo a la pretensión del partido oficial de multiplicar su
representación en la Cámara de Diputados federal. Nos concentraremos ante las diversas
oficinas del Instituto Nacional Electoral, tanto en su sede central en la CDMX, como en las
diferentes ciudades del país, hasta ayer 57, donde existen juntas locales y distritales. Esto a
partir de las 10:30 horas. Entregaremos en propia mano a las autoridades electorales un
manifiesto de rechazo radical a esta intentona de agandalle antidemocrático.
Nos oponemos a la pretensión de que a la coalición morenista, que recibió el 54.7% del
voto, le sea asignado el 74.6% de los diputados federales (376), casi tres cuartas partes de la
cámara. Mientras que a las oposiciones (PAN, PRI, MC) les dejarían el restante 25.4% (127
diputados). Con esa proporción el oficialismo contaría con la mayoría calificada del 66% de
la cámara, y con ello la capacidad sobrada para reformar la constitución a su antojo, sin
necesidad alguna de consultar o negocial con las minorías. Esto es contrario al espíritu del
parlamentarismo.
Un principio básico del orden democrático es el voto universal, secreto e individual. Un
ciudadano, una ciudadana, equivale a un voto. Ni más, ni menos. Pero la distribución
mañosa que defiende la Secretaría de Gobernación, y que al parecer prevalece en el
Consejo General del INE, potenciaría unos votos y devaluaría otros. Resulta que cada
diputado federal le habría “costado” a Morena 97 mil 928 votos, mientras que al PAN 147
mil 784, al PRI 200 mil 721 y a MC 270 mil 725. El Verde y el PT los compraron en
barata, pues les “costaron” 66 mil 586 y 65 mil 94 sufragios. Esto quiere decir que cada
voto del PT equivale a tres, sí, tres votos del PRI; un voto de Morena pesa 1.5 votos del
PAN, y un voto del PVEM equivalió a 4, sí, 4 votos de MC. Hay mexicanos de primera, y
mexicanos opositores de segunda…
Resulta que, según el artículo 54 constitucional, cada partido que aspire a participar en el
reparto de diputaciones de representación proporcional deberá acreditar que participó con
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candidatos de mayoría relativa en por lo menos 200 de los 300 distritos uninominales. Esto
no se acreditó por parte de los partidos integrantes de la coalición morenista, por tanto, no
tendrían derecho a diputados plurinominales. Se busca superar este escollo con una
interpretación chueca de dónde se participó en coalición y dónde como partido solitario,
además de transferir candidatos con sus votos desde Morena hacia sus rémoras.
También ese artículo ordena que ningún partido político podrá contar con más de 300
diputados por ambos principios; es decir, el 60% de la Cámara. Aquí sí se asumen como
coalición completa.
Tenemos ante nosotros la más grave amenaza contra el orden democrático de nuestro país.
Con esta conquista tramposa del poder legislativo vendrá enseguida la destrucción y
posterior domesticación del poder judicial, la desaparición de los organismos autónomos, la
desaparición del INE y los OPLE, y su sustitución por un órgano de gobierno como el de
Venezuela; el debilitamiento del federalismo, la consolidación del caudillismo y el retorno
a la dictadura perfecta de Vargas Llosa.
Hay mucho que defender…
(*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León.
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