Columna Diario de Campo

Nuevos Partidos 2025
Luis Miguel Rionda (*)

Desde la reforma electoral de 2014 se estableció en la legislación mexicana, tanto federal como local, que cada seis años, luego de la elección presidencial o de ejecutivo estatal, se abriría una ventana temporal para el registro de asociaciones que aspiren a constituir nuevos partidos políticos en el siguiente mes de enero (artículo 11 de la Ley General de Partidos Políticos). Es decir, que en seis semanas se abrirá ese registro tanto en lo federal como en lo local.

La constitución de nuevos partidos es regulada por el artículo 41 constitucional, base I; la Ley General de Partidos Políticos en sus artículos 9º al 19, y la ley electoral de Guanajuato en sus artículos 24 al 30. El mecanismo es relativamente sencillo: se basa en la realización de asambleas de agremiados. Si se trata de partidos nacionales, se requieren en por lo menos en veinte entidades o en doscientos distritos federales. En el caso de los partidos estatales se necesitan asambleas en dos tercios de los municipios o distritos locales. Todo en el término de un año.

El proceso culmina con una asamblea nacional o estatal según el caso. Todo ello con la presencia fedataria de funcionarios de los institutos electorales, que deben certificar el número de afiliados que participaron en las asambleas, que en el caso de partidos nacionales en ningún caso podrá ser menor a tres mil en las estatales, o trescientos en las distritales. Respecto a los partidos locales, deben cubrir el 0.26% del padrón de su demarcación, vigente en la elección anterior del ejecutivo.

Muchos grupos y asociaciones de ciudadanos, inquietos por el empobrecimiento del escenario político partidista que resultó luego de la elección del 2 de junio pasado, se están movilizando para presentar sendas solicitudes ante el INE o los organismos electorales locales. Es el caso, por ejemplo, del Frente Cívico Nacional, donde prevalecen socialdemócratas. Pero también se agitan las aguas en espacios como el de los conservadores y libertarios, que desean rebasar al PAN por la derecha, o los trabajadores del Poder Judicial y de los diversos organismos defenestrados por la 4T, o de académicos e

intelectuales alarmados por la desintegración del sistema de contrapesos; e incluso, de nuevo, las iglesias evangélicas militantes.

En el 2013 fueron 52 las asociaciones que entregaron su carta de intención ante el INE; sólo dos lograron el registro (Partido Humanista y Partido Alianza Social). En 2019 fueron 102, y lograron su registro preliminar seis (Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas, Fuerza por México, México Libre, Grupo Social Promotor de México y Fundación Alternativa). De éstos, sólo los tres primeros pudieron competir en las elecciones de 2021.

Será interesante observar cuántos colectivos buscarán el registro en esta ocasión. La crisis actual del sistema de partidos hace sospechar que serán muchos, pero muy pocos cumplirán los requisitos. Se requiere de recursos privados, que serán auditados. Un reto nada fácil.

(*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda